Las 10 conductas que fortalecen la depresión

Cuando las cosas se ponen difíciles, verdaderamente difíciles en nuestras vidas es muy común que nuestra respuesta sea no presentarnos. Tal como sucede con un niño que no desea ir a la escuela porque sus compañeros le están haciendo bullying a diario, los adultos muchas veces no queremos presentarnos ante una vida que nos presenta pérdidas, obstáculos, soledad, enfermedad, deudas, acoso y una clara ausencia de experiencias agradables y placenteras, falta de retos que estén a nuestro alcance; cuando no podemos encontrar mucho sentido a lo que nos está sucediendo.

No presentarse a clases en el caso del niño, equivale en el adulto a no presentarse al trabajo, a las citas, a las reuniones con amigos o familiares, a dejar de arreglarse, dejar de salir, dejar de practicar ejercicio.

Tiene sentido el no desear presentarse cuando lo que vemos alrededor son solamente obligaciones cotidianas, personas conflictivas o desinteresadas, trabajo sin significado ni propósito, falta de reconocimiento, ausencia de situaciones placenteras, de logro y de conexión con otras personas.

Cuando la persona deja de “presentarse a la vida”, podríamos estar hablando de depresión.

La persona que no se presenta evitará el malestar psicológico, evitará el dolor y el miedo, pero haciendo un análisis más profundo nos daremos cuenta, que a mediano y a largo plazo sólo logrará mantenerse en la angustia, la desesperanza y el dolor psicológico.

En esta lista te comparto las conductas que normalmente se dan cuando no queremos presentarnos, dichas conductas terminan haciendo más fuerte la depresión y más difícil salir de ella.

  1. Quedarte en cama después de despertar. Esta conducta es riesgosa dado que lo más probable es que sólo termines rumiando acerca de las cosas que están mal en tu vida, aumentando de esta forma el malestar emocional.
  2. Descuidar tu limpieza y arreglo personal. Cuando te mantienes sin bañarte ni arreglarte es muy frecuente que comiences a hacer evaluaciones negativas acerca de ti y de tu apariencia, además de que hace más improbable que salgas de tu casa.
  3. Descuidar la limpieza. Ya sea que se trate sólo de tu cuarto o de toda tu casa, el desorden y la suciedad van a cooperar para que te sientas más triste, ansioso y desesperanzado.
  4. Ver demasiada televisión. Ya sea que se trate de noticias que van a aumentar la desesperanza y ansiedad o bien de películas y series, que intentarán mantenerte alejado de las dificultades, nuestra realidad poco habrá cambiado después de todas esas horas.
  5. Usar las redes sociales excesivamente. Similar al punto anterior, puedes dedicar incontables horas al día a estar en redes sociales sin generar conexión genuina con otras personas y si terminar comparándote con las vidas cuidadosamente editadas de las demás personas, comprobando así, que mientras los demás son felices, viven experiencias agradables y logran cosas, tú eres el único ansioso y deprimido en el mundo.
  6. Descuidar tu rutina de sueño. Tus hábitos al dormir pueden ser bastante desordenados, yendo a dormir a las 3:00 de la mañana, levantarse varias veces por la noche, despertar a la 1:00 de la tarde. O bien puede ser que tengas un buen horario para ir a dormir y te despiertes a las 7:00 de la mañana sólo para desayunar y regresar a tu cama y dormir hasta las 3:00 de la tarde. La idea es no presentarse.
  7. Hacer “parking”. Asumir compromisos, decir sí a citas, salidas y reuniones, sólo para terminar “estacionado” en casa, sin moverte. Dices que sí vas a ir, pero en el último momento encuentras cualquier excusa para quedarte estacionado.
  8. Posponer. Posponer esa cita, esa llamada telefónica, posponer ese correo importante. El saber que vas a tener que hablar con esa persona, reunirte y tratar temas importantes es algo que no deseas hacer. No quieres presentarte.
  9. Creer todo lo que te dice tu pensamiento. En los momentos más difíciles, cuando te encuentras deprimido, tu mente es la peor consejera que pueda haber y vas a pasar muchas horas centrado en ti mismo, en tu pensamiento y en lo mal que te sientes. Te va a convencer de que no puedes salir de la cama, de que no vale la pena arreglarse, que no es tan importante platicar con amigos, que no tiene caso intentar comer mejor o hacer ejercicio. Te va a decir las cosas más terribles acerca de ti mismo, cosas que jamás escucharíamos de otras personas.
  10. Trabajar excesivamente. “No presentarse” a veces puede tomar formas muy específicas, por ejemplo, cuando te refugias en el trabajo y pasas incontables horas en la oficina e incluso te llevas trabajo a casa para evitar convivir con la familia.

Date cuenta que si no te presentas a la vida muy probablemente lograrás evitar aquellas situaciones tristes y dolorosas, pero al mismo tiempo estarías evitando vivir situaciones placenteras, de logro, de sentido y propósito y de conexión con otras personas.

No presentarse es evitar, evitar el dolor; pero también conlleva evitar las cosas significativas y valiosas de la vida.

Cuando estamos en depresión actuamos de forma automatizada y nos privamos de aquellas cosas que precisamente nos ayudarían a estar mejor. Decimos: “NO”, decidimos no presentarnos a aquellas cosas que justamente podrían ayudarnos a salir de la depresión.

La salida de la depresión es presentarse; presentarse, aunque duela, aunque sea difícil, aunque creamos que no es importante, que no nos vamos a divertir, que no tiene caso.

Date cuenta que para presentarte hay que salir de la cama, bañarse, arreglarse, hay que ir a la cita, asistir a la reunión, verse con amigos, invitar gente a tu casa limpia y ordenada. Presentarse es mantener la rutina para ir a dormir, para comer saludablemente, para ejercitarse.

Presentarse es decir que sí vas a ir a la reunión y cumplir tu palabra, presentarse es comenzar a cosechar logros, encontrarle sentido a lo que hacemos, empezar a disfrutar la comida. Es dejar a un lado las redes sociales para conectar realmente y disfrutar la presencia de otras personas, disfrutar la música, el baile, el juego. Presentarse es tratar de vivir con un mayor equilibrio la vida profesional y la vida personal, las obligaciones y el disfrute.

Presentarse significa hacer lo que importa, lo que es valioso aún en presencia de pensamientos de duda, de comparación, de crítica. Es estar ahí incluso cuando hay ansiedad, cuando hay miedo. Es presentarse y hacer las cosas sin motivación, es demostrarle a tu propio pensamiento que puedes hacerlo incluso cuando lo único que escuchas es “no puedo, no puedo”.

Si estás pasando por una situación como la descrita en el artículo es muy probable que necesites ayuda de un profesional de la salud mental. No lo pospongas más.

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